Como gobernador, el Lic. Sergio Salomón ha demostrado saber dialogar, conciliar y lograr acuerdos, al término de su mandato tomará el cargo de titular del Instituto Nacional de Migración (INM). ¿Qué le espera?

Un INM sumamente importante para la administración de la nueva Presidenta, pero criticado, desprestigiado y demandado por la actuación que ha tenido en el manejo de la migración en tránsito hacia el país del Norte y de sus funciones administrativas, calificado como corrupto, violento y represivo según el diario El país en su versión del 13 de septiembre de 2024*. ¡Vaya reto!

Hagamos un poco de contexto, la migración tiene muchas facetas (emigración, inmigración, transmigración), es una problemática muy compleja y debe abordarse de manera sistémica, porque México es un lugar limítrofe y de paso para muchísimas personas entre los EEUU y el resto del mundo. En los últimos años ha aumentado la migración de mexicanos al país del Norte, como también han retornado gran cantidad de mexicanos de aquel país y muchos más han sido deportados por las autoridades norteamericanas. Pero lo que más ha llamado la atención es el crecimiento de migrantes en caravanas que cruzan la frontera Sur del país con el objetivo de llegar a los EEUU, provenientes ya no sólo de países centroamericanos sino de más lejos, como chinos y ucranianos, entre otros. Y he aquí el principal Talón de Aquiles del INM, por lo que concierne al respeto a los Derechos Humanos (DDHH) de los transmigrantes, porque no sólo reciben agresiones por parte del crimen organizado, sino también maltrato y abusos por parte de los agentes de migración mexicanos, el incendio en la Estación Migratoria de Ciudad Juárez encendió una flama que no se ha podido apagar, poniendo al descubierto la falta de una política pública clara a favor de los menos favorecidos. Entonces ¿cómo alinear las acciones de quienes ejercen la política migratoria en México con el humanismo enarbolado por la nueva Presidenta Claudia Sheinbaum? Aquí algunas propuestas, que en realidad serán retos para su nuevo titular:

• Cambiar el enfoque de la dirección del INM para darle un sentido humano y no policial, esto debe venir desde concebir la política migratoria con un carácter humanitario más que de seguridad nacional.

• Cambiar la mentalidad del personal del INM para servir a los demás y no servirse de ellos, lo que equivale a dar un trato humano por convicción y no por imposición de una norma, lo que equivale a no cometer abusos de autoridad, actos de corrupción, y por el contrario a actuar con ética del cuidado, de la protección, de que lo correcto es tratar a los migrantes con dignidad, como personas. Con absoluto respeto a los Derechos Humanos.

• Lo anterior requiere de gran cantidad de recursos que tendrá que gestionar el titular para poder realizar los cambios, además de los recursos propios de la operación del Instituto. Se requiere de invertir en la formación profesional y humanista del personal. Lo que implica primero, una administración muy eficiente, honesta y transparente. Segundo, establecer objetivos claros, con una planeación estratégica inclusiva y no sólo operativa, donde participen los grupos interesados de la sociedad, para establecer prioridades, metas anuales, y con ello elaborar presupuestos financieros, para cumplir las metas con un enfoque de gobernanza.

• Impulsar, desde la dirección, propuestas para que el gobierno de México negocie con el de EEUU, con el propósito de aminorar el número de migrantes, mediante inversiones y compromisos con los gobiernos de los países de Centroamérica y hacia abajo del continente, para atacar las causas estructurales que llevan a la migración, y que no sólo vea a México como un policía de la frontera Sur para contener a los migrantes.

Al ser un problema tan complejo, se requiere de la colaboración de casi todos los sectores de la sociedad, pero en lo que toca al titular del INM se le recomienda:

• Ejercer el cargo escuchando a los migrantes, transmigrantes y demás sectores sociales

• Ejercer el cargo con un sentido humano y enfoque de gobernanza,

• Administrar el cargo con la mayor eficiencia económica y austeridad, con transparencia y rendición de cuentas

• Evaluar el desempeño del personal, no sólo desde dentro del gobierno, sino de cara a la sociedad, en esto el sector académico puede colaborar.

Por supuesto se requiere de capacitación, pero sobre todo de formación del personal, con un liderazgo en valores que les permita tener un accionar con absoluto respeto a los Derechos Humanos. La Ibero puede colaborar en esto por su sentido humanista y compromiso con la defensa de los DDHH.

Sin duda, es una tarea difícil, quizá de las más difíciles en el gobierno federal porque está influida por factores internos y externos al país, así como de extraordinarios. Por ejemplo, en los internos, la observancia y opinión de la ciudadanía, de los medios de comunicación y demandas de las ONG´s de apoyo a los migrantes, la operación coordinada con las fuerzas de seguridad y hasta la intromisión del crimen organizado. En los externos se pueden encontrar: la política migratoria de los EEUU que se anticipa más hostil, gane quien gane la presidencia, las condiciones sobre migración que no faltarán para la renegociación del T-MEC, la creciente desigualdad en los países expulsores de migrantes. En los factores extraordinarios están principalmente: la violencia, las guerras, los efectos del cambio climático y otros eventos de la naturaleza que provocan migraciones.

Como se puede deducir, no será una tarea fácil para el nuevo titular del INM, pero si ha sido nombrado, es porque se tiene la confianza en que podrá con el cargo, y desde Puebla, se puede constatar que a la fecha ha sabido llevar un buen gobierno.

Publicado originalmente en El Sol de Puebla.