• Es la primera vez que un encuentro de este tipo ocurre; su motivo fraterno recuerda a lo que el papa Francisco dijo una ocasión: “Para ser agradecidos hay que ser humildes. El agradecimiento y la humildad son el cambio que nos lleva a servir a los demás. El verdadero poder es el servicio”.

El mundo no era mismo hace 16 años. Las sociedades transformaron la realidad, y viceversa; era cuestión de compromiso para no quedar fuera de esa dialéctica. Un ejemplo de acción histórica atañe a la Compañía de Jesús, quienes, con una educación humanista, dispusieron voluntades que hoy se admiran.

En 2007, nacieron las Preparatorias IBERO Puebla y Tlaxcala desde el servicio innato. Los deseos de participar en la construcción del futuro impulsaron a generaciones de estudiantes en más de una década. El proyecto educativo inició con el deseo de inculcar en las juventudes la integridad del mundo contemporáneo.

Un año más tarde, se inauguró la Preparatoria IBERO Boca del Río, en Veracruz. Las tres sedes han sido clave en el éxito de formación. La hermandad entre ellas perdura como símbolo de la comunidad global, así como el deseo de convertir las fronteras en puntos de encuentro vitales por el objetivo común.

Al asistieron exalumnos, autoridades, académicos, docentes, administrativos y colaboradores que han participado, a lo largo del tiempo, en el proyecto jesuita. El Mtro. Mario Patrón Sánchez, Rector de la Institución, demostró su entusiasmo y destacó:

“Hace poco más de 15 años, brotó la posibilidad de ampliar nuestra propuesta formativa al nivel de educación media superior. Como un paso necesario para profundizar nuestra capacidad de incidencia, en una realidad compleja y desafiante, en la que resulta imprescindible que las juventudes desplieguen un mayor protagonismo”.

Y añadió: “Hoy, nos reunimos aquí para agradecer que aquella semilla haya caído en buena tierra y para celebrar la riqueza de sus frutos. Agradecimiento a Dios, pero también a todas las personas que, con su esfuerzo y cariño, han cuidado el desarrollo de un proyecto que se ha ganado la confianza de la región”.

A modo de recuento histórico, la Mtra. Mónica Alaya Flores matizó los pasos de las Preparatorias: “Hoy es un día para agradecer. Esperamos que las experiencias vividas y los conocimientos adquiridos en nuestras preparatorias los hayan puesto ya al servicio de los demás”.

“Que el amor por el bien y el respeto por el otro sean los pilares que sigan guiando su vida. Porque, de acuerdo a nuestra filosofía, en el lugar donde se encuentren, a partir de la realidad que vivan y desde sus propias circunstancias: ‘Mejorar el mundo es posible’”, concluyó la coordinadora General de Preparatorias IBERO.

El evento se decoró de platillos regionales, videos evocadores, invitados especiales, sonrisas del recuerdo, regalos que superaron lo material y aplausos insuficientes ante la vida dispuesta a la pedagogía ignaciana.