Como un acto de congruencia con la incidencia social y la conexión con la realidad de los grupos más necesitados, integrantes la Comunidad IBERO Puebla asistieron a la Asamblea Anual de la Red Jesuita con Migrantes de Centroamérica y Norteamérica (RJM CANA), que se llevó a cabo en las ciudades de Chihuahua y Ciudad Juárez en México, y El Paso, Texas, en Estados Unidos.
Los representantes de la Casa de Estudios, el Dr. Guillermo Yrizar Barbosa y el Mtro. Conrado Zepeda Miramontes, SJ, académicos del Departamento de Ciencias Sociales, participaron en esta jornada junto con otras 84 personas que representaron a 32 organizaciones que conforman la RJM CANA.
Del 30 de septiembre al 4 de octubre, los participantes tomaron como inspiración y guía el lema de la 110ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, Dios camina con su pueblo. En ese sentido, la asamblea abrazó el mensaje dado por el papa Francisco: “Dios no solo camina con su pueblo, sino también en su pueblo, en el sentido de que se identifica con los hombres y las mujeres en su caminar por la historia, especialmente con los últimos, los pobres, los marginados”.
Así, las y los participantes tuvieron diferentes momentos de trabajo, colaboración y reflexión en los que buscaron cumplir con cinco objetivos primordiales: ofrecer un análisis compartido del contexto migratorio regional, compartir sus acciones en último año como parte de la Red; discutir sobre la forma de fortalecer la identidad; planificar el trabajo en red de forma dimensional e interdimensional; y establecer acuerdos para el trabajo de la RJM CANA en 2025.
Este evento también tuvo como objetivo principal la aprobación del pronunciamiento En tiempos de incertidumbre, caminamos desde la esperanza con las personas migrantes y refugiadas, donde se denuncian las múltiples preocupaciones y rasgos urgentes que las organizaciones han identificado en los últimos años para el respeto y la protección de la comunidad migrante.
Aspectos como la militarización, la contención y la externalización de fronteras; las políticas que priorizan la seguridad y no el abordaje de las causas raíz de las migraciones; la apertura de vías de regularización a la cuales no todas las personas califican, y las limitaciones del derecho a solicitar asilo y la vulneración del principio de no devolución, son algunos aspectos que complejizan y vulneran la vida de las personas migrantes.
“Todo esto expone a las personas migrantes a mayores riesgos y desprotección en la ruta migratoria”, dicen en su comunicado, en el que también instan a los Estados a tomar acción ante la crisis mediante medidas integrales, con perspectiva de derechos humanos, y que tengan impactos reales y certeros para garantizar el derecho a la movilidad y la vida.
Para ellas y ellos, es necesario aplicar la definición ampliada de la Declaración de Cartagena para la protección y la integración de las personas que requieren asilo y refugio, y que, como Red, sigan atentos y atentas a las implicaciones e impactos en las dinámicas migratorias a partir de los cambios políticos que se están produciendo en la región.