
El Amor como veneno y salvación
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En el libro reposan epígrafes que hacen referencias a otros escritos; de entre ellas destaca la de Jorge Luis Borges, quien, a consideración de la autora, es el mejor cuentista de la historia.
Cuando José Sánchez Carbó leyó los escritos del cajón de Diana Jaramillo Juárez, supo que unos detalles serían suficientes para su necesaria publicación: “Los tiempos editoriales no son largos ni cortos, son meros tiempos editoriales”, enfatizó el académico de la IBERO Puebla en la presentación del libro que contiene una mirada singularísima sobre el amor y el desamor. Es por ello que no dudó en acompañar la obra desde su gestación.
“Un libro de cuentos es lo más apegado a los caprichos de la realidad; exigen en su lectura la capacidad de transición brusca de un mundo a otro”, reconoció José Sánchez Carbó. Por su parte, Diana Jaramillo, coordinadora de la Maestría en Literatura Aplicada de la Universidad Jesuita, anheló darle movimiento a su creación; fue entonces cuando un diseñador inició su arte desde San Luis Potosí, acompañado por la soledad en su estudio.
Aquel ilustrador experto, Germán Montalvo, reconoció que interpretar desde lo literario le cuesta mucho trabajo. Leer entre líneas puede dar muchas directrices de un concepto, por lo que pensó que las imágenes podrían tener otra intención no tan literaria.

“El libro escurre mucho, escurre muchas cosas. Y aunque todos tengan una aproximación distinta, los lectores se acompañarán de la soledad”. Con un arte de alfarería conjunta, las ilustraciones de Germán Montalvo trazan al universo poblado de mujeres, infelicidades, ironía y parodia.
Con un gusto adquirido por las tragedias y los dramas, la autora contempla al Amor desde su niñez con suspicacia, lo “mal aprendió”. La realidad impulsó las vicisitudes del amor en la vida de Diana para ocultar al Amor con mayúsculas entre las líneas de sus cuentos. Para ella, “la escritura nos permite ir más allá de nuestras posibilidades de la realidad”.
¿Crees en la soledad como la última pieza del Amor? Fue la pregunta que Ruth Miraceti Rojas tuvo mientras imprimía el libro. La profesora de la Maestría en Literatura Aplicada y egresada de la IBERO Puebla se dio cuenta de que la obra no apela al amor romántico que se vocifera en lo cotidiano, sino que a ese que lleva por letanía “solas por siempre”. ¿Por qué nos cuesta tanto concebir al Amor como un sujeto u objeto de estudio?
Preguntas siempre rondarán en la incertidumbre del sentimiento amoroso. Algunas respuestas surgirán de entre las ciencias, pero otras estarán en plumas literarias que lagrimean más consuelos que certezas.
