En mayo de 2021, un grupo de siete indígenas zapatistas —4 mujeres, 2 hombres y 1 otroa— zarpó los mares desde Isla Mujeres hasta Europa, o como lo bautizaron en su llegada, a la Tierra Insumisa. Este viaje, que fue una travesía de poco más de un mes, quedó plasmado en el filme documental La Montaña, que se presentó en el marco de la jornada Ustedes somos nosotros celebrada en la IBERO Puebla.

La historia de esta hazaña, que en todo su proceso de planeación, ejecución y llegada estuvo llena de grandes significados y simbologías representativas para el zapatismo, removió las fibras de la Comunidad Universitaria, que, en palabras de la ponente y estudiante de la Maestría en Comunicación y Cambio Social de la Casa de Estudios, Eugenia Vigil Escalera Sánchez, “despierta la rebeldía y el corazón florido”.

Los sentires recolectados vienen acompañados de las imágenes contemplativas y profundas de este documental, que narra el inicio de la embarcación en un navío más viejo que el Titanic, sus dudas, miedos; convicciones, críticas, y lo más importante: su propia historia.

“Trata no solo sobre la historia del propio zapatismo, contada por el propio movimiento. Eso es una parte clave, cómo ellos y ellas están comenzando a contar su historia de 40 años; una historia que implica formación clandestina, que implica guerra, procesos de diálogo y de negociación. La historia de un ejército que decidió pelear por la vida”, dijo el catedrático de la UNAM, Raúl Romero Gallarda, en la presentación.

En ese sentido, este diverso y significativo escuadrón, que partió del Centro de Adiestramiento Marítimo-Terrestre Zapatista, brindó un ejemplo de “construcción de vida en medio de la guerra […]. Hay también que mirar y escuchar, porque la montaña zapatista que trasciende la territorialidad geográfica y reconstruye las montañas del sureste mexicano”, llamó Escalera Sánchez.

Es por ello que ambos ponentes llamaron a reflexionar sobre el papel de resistencias como la zapatista, que alrededor del mundo es un referente de alternativa contra los grandes clamores de la humanidad, como la propia violencia o la opresión; el zapatismo entonces, y el escuadrón 4-2-1, son ejemplos de otros mundos y otras resistencias posibles. 

Ante ello, Raúl Romero llama a “entender el llamado que hacen los compañeros y compañeras zapatistas, que trasciende más allá de planes seccionales, de fronteras nacionales, clases sociales. Es un llamado que parece sencillo, pero que es sumamente complejo y urgente: defender la vida. Eso me parece poético, pero también hermoso y urgente”.