Infancias abandonadas: la realidad de las y los huérfanos por feminicidio
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Una investigación periodística recopiló información sobre una de las promesas del gobierno en turno: brindar atención a infancias que perdieron a sus madres a causa de la violencia feminicida.
En México, existen 1,053 niñas y niños huérfanos porque la violencia feminicida les quitó a sus madres. En un país en el que matan 10 mujeres al día, las infancias se han visto relegadas a seguir viviendo ciclos de violencia; esto es consecuencia de la desatención del Estado.
Así lo revelaron los periodistas Karla Cejudo y René Valencia, quienes rastrearon los efectos y fallos del Protocolo Nacional de Atención Integral a Niñas, Niños y Adolescentes en Condición de Orfandad por Feminicidio en su reportaje Huérfanos por feminicidio en México: Los olvidados por el gobierno.
Durante seis meses, los periodistas realizaron diversas solicitudes de información, entrevistas y análisis de tres casos específicos que ayudan a traducir las abrumadoras cifras de infancias, víctimas colaterales del feminicidio, desamparadas: de 1,053, solo 318 niños fueron atendidos con dicho protocolo, y menos de la mitad (41) recibieron todos los subsidios y apoyos de este.
El primer caso es el de Nidia, en Aguascalientes. Dejó a tres menores de edad, quienes además de ver morir a su madre, solo recibieron atención —a medias— una vez que el caso se hizo mediático. En Estado de México está Rodrigo, quien después de perder a su madre solo obtuvo un apoyo económico por parte del gobierno del estado, no del protocolo.
El tercer caso se sitúa en la capital del país, donde Javier, cuando apenas tenía cuatro años, presenció cómo sus familiares le quitaron la vida a su madre. El infante solo recibió ocho sesiones de terapia que principalmente fueron para que pudiera testificar en el caso; no detectaron los problemas emocionales y físicos que le dejó este suceso.
“Son dobles víctimas, el gobierno les ha fallado dos veces”: Karla Cejudo
“Han pasado casi tres años y el gobierno federal no ha dado los datos de cuántos niños han atendido con este protocolo”, explicó Karla Cejudo, quien presentó su investigación a la Comunidad IBERO Puebla, donde no solo expuso los alcances del desamparo, sino la indiferencia e insensibilidad de las autoridades al atender estos casos.
A esto se suma el peso de la sociedad, pues la Mtra. Ana Gamboa Muñoz, académica y responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género de la IBERO Puebla, explica que “la misma sociedad a veces tiene un bloqueo hacia estos temas”, pues “no sabemos cómo enfrentarlo, escucharlo”.
“Me parece que debemos responder a los signos de los tiempos”, dijo la académica, ya que es necesario abordar la problemática desde una óptica integral, con perspectiva de derechos humanos y de género que garantice la atención a las infancias huérfanas por este delito.