DDC 2024: Los caminos de esperanza se tejen en Comunidad
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“Durante estos 40 años hemos sido testigos de vertiginosos cambios y dolorosos sucesos. Nadie puede poner en duda los avances de la ciencia y la tecnología, pero tampoco podemos poner en duda que no hemos avanzado mucho en la consecución de un mejor mundo”: Mtro. Rafael Hernández García.
Recorrer las instalaciones de la IBERO Puebla puede ser cuestión de horas; conocer su historia, de minutos; pero para admirar su trascendencia faltarían vidas. Ahí radica su razón de existir, en los seres humanos que llenan de dicha cada ladrillo; en los anhelos que hoy cobijan sus muros. Porque cuatro décadas son el ocaso de la esperanza frente al mundo extraño y hostil.
Por eso se solemniza el Día de la Comunidad, para desintegrar a la extrañeza e integrar a la fraternidad. En una realidad del sentido perdido, la ayuda colectiva prevalece audaz en los confines de los lugares menos esperados. No hace falta andar grandes distancias para encontrar la humanidad, y eso es digno de admirarse.
Los caminos de esperanza se tejen en Comunidad, por eso la foto aérea necesitó del esfuerzo colectivo; la misa, de las intenciones bien encaminadas; las presentaciones artísticas, de la creatividad integral; los puestos de alimentos, del reconocimiento gastronómico regional; y toda actividad desarrollada, del entusiasmo por participar en el festejo para y con los demás.
El punto clave en el día fue la partida del pastel. Al margen de los invitados, la gran torta de colores contenía el deseo de seguir formando e incidiendo. El Mtro. Mario Patrón Sánchez, Rector en turno, dio una cálida bienvenida:
“Quiero darle un abrazo muy caluroso a nuestras y nuestros estudiantes, quienes son los rostros que le dan sentido a nuestro proyecto educativo. Es gracias a ellas y a ellos que todas y todos estamos aquí. También reconozco a los otros actores y activos que posibilitan nuestros quehacer y trabajo, como Mine, una colaboradora en nuestro gran equipo de intendencia”.
La Sra. Minerva Mora colabora desde hace 26 años en la Casa de Estudios: “Es para mí un orgullo pertenecer a la Universidad y poder celebrar con ustedes su aniversario número 40. Agradezco a la Universidad todo el apoyo que me ha brindado, tanto en lo laboral como en el personal. Cuentan conmigo para lo que necesiten”.
El porvenir no está en manos solo del azar, o la incertidumbre, sino de cultivos como el que hoy se realiza. Los objetivos toman sentido por las veredas que llevan hacia ellos, lo que da sentido y razón a la vida. La congregación jesuita es parte fundamental en el tejido de la esperanza.
Renata Socorro Arango es estudiante de Relaciones Internacionales. Con retrospectiva y sensibilidad compartió su formación: “Siempre he buscado un lugar que sintiera como un hogar. Pertenecer a un sitio que me alentara a perseguir mis sueños y desarrollar mis habilidades para superarme en lo personal y en lo colectivo. Ese lugar fue la IBERO Puebla”.
Y añadió: “Yo siempre supe que la IBERO Puebla era la decisión y el camino correcto por los valores que como Institución difunde. Esta Comunidad me dio la herramienta de aprender a trabajar en equipo. Durante mi tiempo en la preparatoria aprendía que una de mis misiones de vida era ser ese fuego que enciende otros fuegos, por lo que soy estudiante de Relaciones Internacionales”.
El Día de la Comunidad se fue con la puesta de sol. El alboroto se apagó, los convocados partieron a sus hogares, pero algo quedó marcado en el ambiente, un deseo en común: Que el próximo año estemos todos, con bien.
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