
Derecho a la información ¿hacia dónde vamos?
Autoría: Shanik David George
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El 28 de septiembre se conmemora el Día Internacional por el Acceso Universal a la Información, fecha instaurada en 2015 por la UNESCO y ratificada en 2019 por la Asamblea General de la ONU. Si bien a nivel internacional este año se aprovechará la fecha para reflexionar acerca del papel del acceso a la información para la protección del medio ambiente, creo que a nivel nacional y estatal este día debería invitarnos a analizar en dónde quedó parada la sociedad tras las reformas hechas en el último año, con la eliminación del INAI y los órganos autónomos en las entidades federativas, y la reformulación de las leyes en materia de transparencia, acceso a la información y protección de datos personales.
El tema sigue generando muchas dudas acerca de cómo se podrán ejercer estos derechos: ¿cómo serán los procesos de solicitud de información?, ¿cómo se hará el estudio de los recursos de revisión?, ¿cómo será la coordinación con las autoridades garantes, considerando la multiplicidad de autoridades que ahora asumirán las facultades que antes estaban en el INAI y sus homólogos estatales?, ¿qué pasará con nuestros datos personales?, ¿cómo van a operar los nuevos Juzgados de Distrito y Tribunales Colegiados en la materia, los cuales están radicados en Aguascalientes? Podría seguir, porque la lista de dudas es larguísima, pero, por desgracia, no tengo respuestas. Si bien tengo algunas ideas sobre cómo será el nuevo panorama para el ejercicio de estos derechos, estamos en territorio desconocido, y ya tenemos las primeras señales de que podríamos entrar a tiempos oscuros.
Una primera alerta es lo que ya se empezó a ver con respecto al funcionamiento de Transparencia para el Pueblo, órgano que asumió las funciones del INAI a nivel federal, el cual, según han dado cuenta medios y organizaciones nacionales, ha desechado la mayoría de los recursos de revisión que ha recibido.
Pero ¿cómo pinta la cosa en Puebla? Siendo honesta, es muy pronto decirlo, porque no tenemos disponible información que nos dé un panorama. Si bien desde el 31 de julio pasado se publicó el Reglamento Interno de Transparencia para Puebla y sus Municipios, órgano que asumió las funciones del ITAIPUE (sólo en relación con el Poder Ejecutivo y los ayuntamientos), a penas están por cumplirse los plazos establecidos en los artículos transitorios para que se concrete la transferencia de atribuciones, asuntos y recursos humanos, materiales y financieros para su operación, así como la emisión de su imagen institucional. De ahí que no haya un portal oficial de este nuevo órgano, que en la página de la Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno, a la que está adscrito, no haya información sobre su operación y que, en general, sólo se sepa el nombre de su titular, pero no del resto del equipo que lo integra.
Pese a la poca información, al leer el reglamento hay elementos que abonan a la incertidumbre, particularmente en lo referente a cómo será el estudio de los recursos de revisión. Antes, estos eran analizados por cada una de las personas comisionadas del ITAIPUE, quienes, con apoyo de sus equipos, estudiaban el caso, formulaban su propuesta de resolución y la sometían a votación del pleno. Ahora, con base en el reglamento, los expedientes serán analizados por la persona que encabece la Subdirección de Substanciación y Resolución de Procedimientos, quien presentará el expediente a su superior jerárquico y, en conjunto, tomarán una resolución.
Sí, lo reconozco, en los últimos años las votaciones en el ITAIPUE eran meros protocolos y no había discusión, pero al menos las sesiones eran públicas. Ahora las decisiones serán en privado y sin que la sociedad se entere de los asuntos que se están abordando. De ahí la preocupación de la falta de información de quiénes integran Transparencia para Puebla y sus Municipios, si bien no sabremos cómo se toman las decisiones, por lo menos deberíamos saber quiénes decidirán sobre estos asuntos.
Y así las dudas se seguirán acumulando, pero no por eso habrá que darnos por vencidos. Debemos seguir ejerciendo nuestros derechos, seguir haciendo solicitudes y usar todos los recursos disponibles, porque es por medio de estas acciones que podemos echar un poco de luz en estos tiempos de oscuridad.