Los retos actuales para la educación en México son complejos, considerando que la escuela es uno de los principales actores sociales en la conformación ciudadana y la construcción de sociedades más justas y equitativas, la implementación del Marco Curricular Común para garantizar en el nuevo sexenio una formación de calidad y equitativa para todos los estudiantes tiene varias aristas y dificultades que requieren una visión interdisciplinar y trascienden la mera capacitación y transmisión de información al personal docente que debe afrontar y asumir estos desafíos.  

En particular, la educación media superior, que abarca el bachillerato y la educación técnica, se encuentra en un punto crítico que requiere atención urgente y soluciones innovadoras, por un lado, la propuesta de la Nueva Escuela Mexicana centra su apuesta en el acceso y cobertura, para hacer que todas y todos los jóvenes tengan en la educación la posibilidad de construir un mejor futuro, también está el tema de la calidad académica que supone una educación útil para la vida y aunado a lo anterior, la deuda pendiente en inclusión y equidad que a pesar de su urgencia ha quedado relegada ante otras prioridades, entre las cuales destacan la innovación y tecnología necesarias para competir contra el desarrollo de los demás países y preparar a las personas que deberán resolver los retos globales actuales y promover una educación para la ciudadanía global que forme a los líderes que asuman estos compromisos civilizatorios ante las diversas crisis en derechos humanos, ecología, economía, entre otras.  

Para ilustrar estos desafíos que enfrentamos como sociedad en el sexenio que comienza, ilustraré algunos puntos relevantes, uno de los principales es aumentar la cobertura educativa en el nivel medio superior. Aunque ha habido avances, existen regiones, especialmente rurales, que siguen marginadas y son de difícil acceso, donde las condiciones materiales, de infraestructura y de personal docente son insuficientes para garantizar una educación de calidad.  

La calidad de la educación es otro reto crucial y es insuficiente con garantizar el acceso a la educación; es esencial que las juventudes reciban una educación que los prepare adecuadamente para la vida, esto implica que la actualización de los planes de estudio sea pertinente y acorde con las necesidades de los contextos particulares del estudiantado, la demanda del mercado laboral y las dificultades y los retos de la sociedad actual. Además, se debe garantizar una formación y capacitación continua de los docentes, asegurando que cuenten con las herramientas y conocimientos para impartir una educación de calidad.

El tema de la inclusión y equidad en la educación media superior tiene mayor visibilidad, sin embargo, los avances en la materia son incipientes y no garantizan un acceso adecuado independientemente del género, origen étnico, condición socioeconómica o discapacidad, para que las y los estudiantes tengan igualdad de oportunidades de acceso y éxito educativo. Se requieren políticas y programas que promuevan la inclusión de estudiantes con necesidades educativas especiales y la eliminación de cualquier forma de discriminación en el entorno escolar, por lo que la capacitación del personal de una comunidad educativa, la inversión en infraestructura y la implementación efectiva de las políticas en esta materia son fundamentales para pasar del discurso a la acción.

La adopción de herramientas digitales se aceleró con la pandemia de COVID-19, pero también evidenció la brecha digital existente y ahondó las desigualdades. Es crucial en el nuevo sexenio promover la inversión en infraestructura tecnológica y que los docentes mejoren sus competencias digitales para usar estas herramientas. Además, se deben desarrollar estrategias para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a dispositivos y conectividad, independientemente de su ubicación geográfica.

Por último, es esencial preparar a los estudiantes para la ciudadanía global, en un mundo cada vez más interconectado e interdependiente, deben promoverse valores como la tolerancia, el respeto, la responsabilidad social y el compromiso con el desarrollo sostenible, deben incorporarse temas de derechos humanos, diversidad cultural y sostenibilidad ambiental, para que las personas se formen para contribuir positivamente a la sociedad.

En conclusión, los desafíos de la agenda educativa para el nuevo sexenio son numerosos y complejos, pero también representan una oportunidad para transformar la educación en México. Con políticas adecuadas, inversión en infraestructura y capacitación, con un enfoque inclusivo y equitativo, es posible construir un sistema educativo que brinde a los estudiantes las herramientas necesarias para alcanzar su máximo potencial y contribuir al desarrollo del país. 

Publicado originalmente en MTP Noticias.