Los que no volvieron a la escuela
Autoría: Laura Angélica Bárcenas Pozos
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Estudiantes obligados a abandonar la escuela por diversas razones.
El pasado 26 de agosto dio inicio el ciclo escolar 2024-2025 para la Educación Básica y Media Superior, sin embargo, un porcentaje importante de los 24 millones de estudiantes de estos dos niveles educativos no ha regresado a clases por diferentes causas, unos obligados por las condiciones ambientales y otros por las pugnas políticas de un sindicato magisterial.
Y sean peras o manzanas, las y los estudiantes son las afectadas y los afectados, pues se pierde un importante tiempo en el aprendizaje. Pero revisemos las circunstancias que han obligado a estas escuelas a mantenerse cerradas.
El primer caso es el de Chalco en el Estado de México, que debido a las intensas lluvias y las severas inundaciones que ha sufrido este municipio, no hay condiciones para el regreso.
Primero porque un buen número de familias están cautivas en sus hogares, esperando que las aguas bajen su nivel para poder transitar.
Por otro lado, las escuelas también se inundaron y aulas, patios, salones especiales, quedaron cubiertos de aguas negras, dañando materiales didácticos y mobiliario escolar que tendrá que ser reparado o sustituido.
La Secretaría de Educación Pública de este estado ha anunciado que el regreso a clases en Chalco será el próximo 9 de septiembre, para entonces las y los escolares ya habrán perdido 10 días de clases.
Se ha señalado que se aprovecharán las herramientas digitales que se usaron durante la pandemia, buscando que las y los niñas, niños y jóvenes aprovechen estos días, sin embargo, ya es sabido que cuando se recurre a estos dispositivos hay muchas diferencias entre unos y unos estudiantes y otros, pues dependen de lo que las familias pueden proveerles para su comunicación sincrónica y asincrónica con sus docentes. Pero bueno, algo se buscará hacer.
El otro caso es el de Michoacán y Baja California, donde la CNTE ha organizado un paro porque el gobierno no ha atendido sus demandas laborales y no piensan regresar hasta que la respuesta sea la esperada.
A diferencia del Estado de México, en estas dos entidades no hay fecha probable para volver, puede ser el próximo lunes o dentro de un mes; no hay condiciones para establecer un arranque en línea o híbrido, porque este sindicato demanda a sus agremiados, justo, un paro laboral con la intención de presionar al gobierno.
Así que ni aquellas y aquellos estudiantes que cuenten con recursos digitales para ir avanzando, podrán hacerlo, dejando en el abandono a estas niñas, niños y adolescentes.
Las demandas solicitadas por estas y estos docentes son: falta de pago retroactivo al salario, falta de pago del finiquito a los profesores pensionados y jubilados y la falta de cumplimiento en la recategorización de profesores que están haciendo funciones de director, entre otras cosas.
En este caso están afectados 900 mil estudiantes y las causas de la afectación no son escolares.
Finalmente están las y los estudiantes que se han visto obligados a abandonar la escuela porque sus familias requieren que se impliquen en el mundo laboral para contribuir al gasto familiar.
En este caso están más de 6 millones de niñas, niños y adolescentes, que no regresarán al ciclo escolar que acaba de comenzar o nunca han estados inscritos es la escuela.
Prácticamente la mitad de estas y estos estudiantes pertenecen a comunidades rurales, indígenas y vulnerables, que dan todas las condiciones para que estas y estos estudiantes no continúen sus estudios.
Frente a todo esto me pregunto dónde está el gobierno que debería estar atendiendo todas estas situaciones y favoreciendo que se cumpliera el derecho a la educación en estas y estos estudiantes que sin duda alguna se verán afectados con la falta de cumplimiento de este derecho.
En el caso de Chalco, es un problema, en buena parte provocado por la ciudadanía que tira la basura a las alcantarillas y a las fuertes precipitaciones que se han tenido en las últimas semanas.
Pero frente al inminente inicio de clases, se debió mandar maquinaria que ayudara a estas familias a volver a la vida normal, lo más pronto posible.
En el caso de las y los estudiantes de Michoacán y Baja California, los gobiernos de estas entidades junto con el gobierno federal deberían ya haber hecho una negociación antes del inicio de clases, buscando que ninguna niña, niño o adolescente se quedara sin iniciar el ciclo escolar.
Al menos a esta altura de la primera semana de clases, ya debería estar negociando con el sindicato para que esto no se prolongue, pues no hay ni siquiera una fecha probable para este ansiado regreso.
Finalmente, ya se debió haber planteado un programa serio para favorecer que las niñas, niños y adolescentes de regiones vulnerables no abandonen la escuela o lleguen a esta.
El apoyo económico que reciben las y los estudiantes de estos niveles educativos, inscritos en escuelas públicas, no es suficiente para cubrir las necesidades de algunas familias que se ven obligadas a sacar a sus hijos de la escuela para que aporten a la economía familiar.
Este es el grupo que más nos debe preocupar, porque las condiciones económicas y sociales de estas y estos estudiantes y sus familias impide que ellos sigan en la escuela o se inscriban para iniciar su educación.
Desde mi punto de vista se requiere construir un programa sólido que favorezca que toda niña, niño o adolescente esté en la escuela, no bastan los apoyos raquíticos que otorga el gobierno.