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Grifo de agua
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En Xoxtla, la industria consume tres veces más agua que la población

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Habitantes de San Miguel Xoxtla mantienen sus esfuerzos por su derecho al agua, sin embargo, la industria representa un gran obstáculo

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Recientemente, habitantes de San Miguel Xoxtla se manifestaron en contra de la extracción de agua de sus pozos para abastecer a la capital poblana. Argumentan que en su municipio hay desabasto de agua y que los niveles de los mantos acuíferos han descendido. Por su parte, las autoridades atribuyen esta situación a malas prácticas, falta de mantenimiento en la red hidráulica y al crecimiento urbano desordenado.  

Sin embargo, lo que no se ha mencionado es que la industria en Xoxtla extrae del acuífero un volumen de agua tres veces mayor al destinado a la población según el Repda-Conagua. Del total de agua subterránea concesionada, el 26 % corresponde al uso público-urbano y el 68 % al uso industrial, donde la empresa Hylsa (Ternium) concentra el 90 % del volumen concesionado. En el Repda (2023) también se observa que, en Xoxtla, las concesiones de agua para uso humano están en “manos” del Soapap.  

La autoridad municipal de Xoxtla anunció la implementación de un plan integral para atender el desabasto. No obstante, la problemática hídrica es grave y no se resuelve con tinacos, pipas y/o reparaciones en la infraestructura hidráulica. Si bien es necesario mejorar la red de agua potable y la calidad del servicio, estas acciones no abordan la disminución de agua en el subsuelo. Y es una problemática que trasciende los límites municipales, porque es a escala de la Cuenca del Alto Atoyac (CAA), región donde se ubican Xoxtla y otros municipios de Puebla y Tlaxcala, incluidas sus capitales. 

Industria consume tres veces más agua
En la CAA no solo persiste una grave contaminación de los ríos, sino también un déficit hídrico creciente, resultado de la alta demanda de agua —tanto superficial como subterránea— y del deterioro ambiental. Factores como la deforestación, la alteración de flujos naturales de agua, la desecación deliberada de humedales y el cambio de uso de suelo han afectado gravemente el equilibrio hidrológico de la región.

Entre 1979 y 2014, la cobertura forestal en la CAA se redujo en un 74 %, mientras que el suelo urbano aumentó más de un 500 %. La sustitución de áreas agrícolas y boscosas por superficies impermeables ha limitado la infiltración y afectado la recarga del acuífero. Y en respuesta a la creciente demanda, se han perforado nuevos pozos, lo que ha provocado un abatimiento progresivo de la superficie piezométrica, según estudios del CUVyTT-BUAP.  

Este contexto permite comprender la creciente escasez de agua en los municipios de la cuenca, incluida la capital poblana que depende cada vez más de fuentes externas para su abastecimiento. La inseguridad hídrica y el riesgo de agotamiento del recurso son cada vez más críticos en la CAA. Si bien es fundamental hacer trabajos en la red de agua potable, también es urgente restaurar el funcionamiento del sistema natural para garantizar los servicios ecosistémicos esenciales, como la disponibilidad del agua.  

Agua de Xoxtla
Sin embargo, los gobiernos siguen tomando decisiones sin considerar estas implicaciones, sin priorizar el derecho humano al agua ni la equidad socioterritorial. En lugar de ello, se continúa promoviendo la instalación de más industrias y la construcción de “hoteles” en zonas montañosas, lo que incrementa la demanda hídrica y el deterioro ambiental.  

La CAA ha sido declarada como una Región en Emergencia Sanitaria y Ambiental (RESA). Una de las causas de su deterioro es la incapacidad gubernamental para controlar la contaminación y la deforestación. En este contexto, resulta cuestionable pensar que parques industriales y megaproyectos turísticos puedan contribuir a la sustentabilidad ambiental y al bienestar social.  

La lucha del pueblo de Xoxtla está plenamente justificada: sin agua no hay vida. Sus habitantes han sido testigos de la devastación del territorio y de la reducción del acuífero. Los datos evidencian la desigualdad en la distribución del agua y el privilegio otorgado a las grandes ciudades e industrias, en detrimento de las comunidades rurales.

Publicado originalmente en Ángulo 7.
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Material gráfico
Misael Chirino Durán
Fotografía
Ramón Tecólt González

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