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Persona y un río
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La población del área metropolitana de Puebla es la que se encuentra en mayor riesgo por leucemia linfoblástica y cardiopatías congénitas de la Cuenca del Alto Atoyac

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No se trata de la contaminación de un solo río, se trata de la contaminación de todas las corrientes de agua que pasan por los municipios de la cuenca (más de 70).

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Cuando se habla de la problemática de la cuenca del Alto Atoyac, suele pensarse que ésta se restringe a la contaminación del río Atoyac. Sin embargo, la contaminación y la devastación socioambiental de la que tanto se habla, se presenta en toda una región y no solo por donde pasa el río.

La cuenca del Alto Atoyac es un territorio delimitado naturalmente que ha sido reconocido por el gobierno federal como una Región de Emergencia Sanitaria y Ambiental (RESA) debido a la elevada contaminación de origen urbano-industrial y a los daños en la salud humana. En la cuenca se encuentra el área metropolitana más poblada de Puebla-Tlaxcala que abarca municipios como Cuautlancingo, las Cholulas, Puebla, Coronango, San Martín Texmelucan; solo por mencionar algunos.

En las investigaciones (PRONACES) financiadas por el CONAHCYT, se ha podido evidenciar el deterioro que ha sufrido la salud poblacional en los últimos 20 años y el estrecho vínculo que existe con la calidad ambiental, la cual cada vez está peor.

No se trata de la contaminación de un solo río, se trata de la contaminación de todas las corrientes de agua que pasan por los municipios de la cuenca (más de 70), así como también de la contaminación del aire que respiramos. La CONAGUA tiene 130 sitios de monitoreo para medir la calidad del agua de los ríos de la cuenca, y según sus datos (SINA, 2023), el agua está contaminada en el 96% de los sitios,siendo particularmente tóxica en la zona metropolitana de Puebla; de manera que cualquier esfuerzo que se haya hecho para sanear estos ríos, ha fracasado.

Por otro lado, de acuerdo con los datos publicados en el informe de la SMADSOT sobre la calidad del aire de la zona metropolita de Puebla (2023), el número de días con reportes de calidad del aire fuera de la norma se cuadruplicó (en promedio) después del 2016, en relación con el periodo previo.

En Puebla estamos muy mal en materia ambiental e inevitablemente esto impacta negativamente en la salud de su gente. Cada vez son más frecuentes las alergias y las enfermedades respiratorias, pero también el cáncer. Según la OMS, la contaminación del aire es uno de los mayores riesgos ambientales que existen para la salud, provocando al año 4,2 millones de muertes prematuras a nivel mundial por enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cánceres.

En los estudios que realizamos en la cuenca del Alto Atoyac, observamos que las mayores tasas e índices de riesgo de mortalidad en menores de edad por leucemia linfoblástica y por cardiopatías congénitas se registran en más municipios poblanos.

Los análisis revelaron que el riesgo de mortalidad a nivel municipal por estas enfermedades se vincula estadísticamente con la contaminación de los ríos, pero más aún con la presencia de una mayor diversidad de industrias manufactureras y de cierto tipo de industrias como las de productos químicos, la automotriz, la textil, papelera y de metálicos, lo cual determina la mezcla de contaminantes del aire a los que se exponen los habitantes de esos municipios.

El problema es grave porque más del 50% de las industrias de las ramas mencionadas se localizan en asentamientos humanos y no dentro de parques industriales, y existe una enorme incapacidad del gobierno para controlar las emisiones de contaminantes.

En la zona poblana hay tres veces más industrias que en la región tlaxcalteca y se liberan cuatro veces más partículas PM2,5 y PM10, según los datos del INEM. También se liberan más sustancias carcinógenas, como el benceno, el formaldehido, las dioxinas, el cloruro de vinilo, el arsénico, el cadmio y el plomo según el RETC de la SEMARNAT y de la plataforma de la NASA.

Hay suficientes evidencias de los daños que provocan estas sustancias y el riesgo de desarrollar diversos tipos de cáncer como las leucemias, linfomas, cáncer de pulmón, vejiga y piel.

En la región poblana también se registraron mayores tasas de mortalidad por cáncer de mama, vejiga, linfoma y cáncer de pulmón en la población adulta.

Los habitantes de esta RESA nos encontramos en una situación de extrema vulnerabilidad ante el peligro de la contaminación. Es urgente que se controlen las emisiones industriales a fin de mejorar la calidad ambiental y reducir la exposición a tóxicos. Asimismo, es necesario que se implementen acciones en salud pública ambiental. Prácticamente desconocemos la calidad del aire que respiramos y los riesgos a los que estamos expuestos. Solo hay estaciones de monitoreo de la calidad del aire en 4 municipios de la cuenca, y no se cuenta con un sistema de vigilancia de la saludpoblacional en relación con el peligro de la contaminación.

No se puede lograr el bienestar humano sin salud, y no se puede tener salud si se vive en un hábitat contaminado. Las autoridades estatales deben priorizar las acciones para lograr el verdadero bienestar de la población y dejar de impulsar una política de atracción de más industrias sin antes fortalecer los mecanismos de control de contaminantes y sanear el medioambiente.

Publicado originalmente en El Universal Puebla.
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Material gráfico
Misael Chirino Durán
Fotografía
Ramón Tecólt González

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