
Académicas IBERO Puebla exponen los aportes de la comunicación para el cambio social
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En un contexto atravesado por múltiples crisis, con una latente aparición de la posverdad, la difusión de información falsa y noticias sensacionalistas que deshumanizan a quienes las protagonizan, surge una nueva alternativa desde la ciudadanía y la disidencia: la comunicación para el cambio social.
Dos grandes exponentes y guías en la construcción de esta nueva forma de comunicar desde la academia, Amparo Cadavid y Clemencia Rodríguez, se reunieron gracias a la Maestría en Comunicación y Cambio Social de la IBERO Puebla en el conversatorio Aportes de la Comunicación para el cambio social en tiempos de crisis civilizatoria.
Ambas catedráticas han marcado un camino para estas nuevas alternativas de construcción y difusión del tejido social. En su trayectoria se han sostenido y nutrido a través de experiencias junto a comunidades que, en muchos casos, ha padecido los efectos más crudos de la crisis social que atraviesa el mundo; más específicamente, en zonas de conflicto colombianas.
“[La comunicación para el cambio social] es el tipo de comunicación que, a mí me parece, hace que cualquier esquina sea más vivible”, afirmó Clemencia Rodríguez. Esta disciplina apela por encontrarse desde el “narrar en clave del amor”, que se refiere a construir narrativas más cercanas a las comunidades, a su cotidianidad, sin apelar tanto a la razón y escuchando más al corazón.

Amparo Cadavid, por su parte, indicó que la disciplina “es una comunicación profundamente política, en el sentido de las opciones que toma para resolver los temas de la sociedad. No es con las manos lavadas que ella resuelve problemas, de manera técnica o de manera simplemente conceptual, sino que es señalando caminos e involucrando factores”.
“Desde la comunicación y el cambio social, nosotros estamos buscando construir una sociedad de otra manera”, añadió Cadavid, quien durante el diálogo puso especial énfasis en la responsabilidad de las universidades de incorporar esta forma de comunicar en sus currículos, pues para ella, “deben de ir a las comunidades a aprender de ellas las cosas que la universidad no sabe y que necesitan”.
En ese sentido, encuentran un ejemplo esperanzador en el posgrado que las unió en este conversatorio: “Me parece que el papel que está haciendo la maestría es un modelo maravilloso de un currículum, que el currículum saca a las estudiantes y a los estudiantes a las comunidades”, algo que ven como una necesidad en medio del tumulto social.
